La Unión Europea está preparando una nueva regulación para el reciclaje de vehículos al final de su vida útil, y uno de los focos de las discusiones sobre la directiva ELV es si se deben prohibir por completo los materiales de fibra de carbono. Si finalmente se implementa la propuesta, la fibra de carbono se unirá a la lista de sustancias peligrosas prohibidas como el cromo hexavalente, el cadmio, el plomo y el mercurio, lo que se espera que tenga un impacto significativo en áreas como los vehículos eléctricos y los autos deportivos de alto rendimiento.
Cabe destacar que la prohibición, una vez aprobada, supondrá un gran desafío para los fabricantes japoneses en la cadena de suministro mundial de fibra de carbono. Según las estadísticas, los fabricantes japoneses de fibra de carbono ocupan más de la mitad de la cuota de mercado mundial, y los datos de 52 años muestran que su suministro representa hasta el 0%. Por lo tanto, este posible ajuste de la política de la UE tendrá sin duda un impacto no despreciable en las operaciones comerciales de estas empresas.
En la industria automotriz, aunque la fibra de carbono no se usa tanto como el acero o el aluminio, se ha convertido en el material elegido para vehículos de alto rendimiento y diseño liviano debido a sus excelentes características de rigidez y ligereza. Muchos superdeportivos utilizan materiales de fibra de carbono en partes clave de la carrocería, como las escotillas delanteras y traseras, los paneles de molduras interiores y exteriores, etc. En los deportes de motor, la fibra de carbono es un componente importante de componentes clave como los kits aerodinámicos.
En el mercado de los vehículos eléctricos, la fibra de carbono también muestra ventajas únicas. Dado que los vehículos eléctricos necesitan transportar paquetes de baterías más pesados, cómo mejorar el rendimiento equilibrado de los vehículos a través de un diseño liviano se ha convertido en un problema clave para que los fabricantes lo resuelvan. Por lo tanto, muchos fabricantes han comenzado a explorar activamente la aplicación de materiales compuestos de fibra de carbono, con el fin de reducir aún más el peso del vehículo y mantener el rendimiento del vehículo.
En la actualidad, la revisión de la Directiva VFU se encuentra todavía en una fase de intenso debate. Sin embargo, si la UE decide finalmente prohibir la fibra de carbono, sin duda supondrá un reto para los fabricantes de automóviles en el desarrollo de nuevos modelos. Los fabricantes de automóviles tendrán que revisar y ajustar sus estrategias de selección de materiales en respuesta a este posible cambio de política.